lunes, 29 de diciembre de 2008

Y por casa ¿cómo andamos?

Soy secretaria, una no muy buena; pero administrativa seguro que no, porque tengo una inestable capacidad de administrar nada.

Mmm... hoy día diría que no me siento feliz.
Estoy ansiosa, eso sí!!! Con todo lo que esta palabra abarca.
Ansiosa en el buen y mal sentido de la palabra. En esta proporción:

anSIOSA

Venía bien, muy bien... pero "en repente" (porque cuando algo nos sorprende no hay tiempo para ver cómo uno habla), el viernes volvieron todas y cada una de las preocupaciones.


El sábado alcé la mirada y recuperé el ánimo perdido, o tal vez parte de el.
Se podría decir que cumplí mis objetivos, y durante el día fui recuperando poco a poco la calma.
También fui adquiriendo de manera adicional un cansancio, pero era sólo físico (no podía ser menos para un día de limpieza general).

Para la charla del padre Antonio, sólo quería recostarme sobre el hombro de Jessy que estaba al lado mío, mientras copiaba casi por impulso lo que se nos presentaba en la proyección.
Pero no era para preocuparse. Todos estábamos igual.
Salvo Nikito que ya estaba durmiendo escondido en las sombras de nosotros mismos.

El domingo fue el día más particular...
La migraña no ayudaba mucho y el cansancio, pese a todo descanso realizado, parecía no pasar.
Estaba irritable. No podía pensar demasiado, ni prestar atención...
La misa, luego, me dí cuenta que estuvo muy linda, pero en ese momento simplemente pasó.

A la tarde estuvo la afamada "hamburgueseada", pero tenía más ánimo de mirar mi novela favorita, "Cuéntame cómo pasó" (que de paso les comento que está muy buena, que la dan por la Televisión Española nunca se sabe muy bien cuándo y a qué hora, que es de la vida de la flia Alcántara en los tiempos de Franco... y que si sigo hablando me voy a ir del tema), que ir para Goretti.

Lo dudé, lo dudé, lo dudé... y media hora tarde lo decidí y me fui, pensando en 'qué le habría ocurrido a "Carlitos" que no quería ver a su padre que estaba internado'... en fin, me quedé pensando en la novela.
Para cuando llegué al Cementerio, de golpe sentí miedo, estaba triste. Recé un Padrenuestro y un Ave María, y llegué sana y salva, sin más que el miedo.

Me sentía como sapo de otro pozo, y al ver que sólo estaba para mirar a los chicos jugar al fútbol y recibir pelotazos, miré la hora y siendo las 19:28hs decidí ir a misa:

(abro paréntesis) ------------------------------------------------------

¡Qué hermosa misa! Y aquí me percaté de lo bella de la de la mañana.
Fue diferente, por lo menos para mí: los cantos que tan sólo resonaban por la estructura del Templo, las lecturas, la homilía... parecía que estaba más atenta a todo.

Sentía una terrible necesidad del Señor, mi alma gritaba pidiendo por Él:
_No temas, Abran, yo soy tu escudo_ resonó.
Cuantos "no temas" en este tiempo: a Zacarías, a María, a José, a los pastores, a Abraham...

Escuchaba y observaba como la luz del atardecer se reflejaba en las partículas de polvo suspendidas en el aire....

Comulgamos bajo las dos especies...

Fue muy hermosa; Verito también estaba allí...

Salimos a ver a los parrilleros futboleros.
------------------------------------------------------ (cierro paréntesis)

Estaba mejor, continuó y concluyó el día... bien.

Pero la noche comenzó bastante mal. Supongo que me tenía que descargar, no lo sé.
Espero encontrar el sentido a este agotamiento.
Espero encontrarle el fin útil (siempre lo tienen).
Por ahora estoy así, en stand by con bastante ansiedad.

Voy a hablarlo con el padre, debo hacerlo.
Sé que me va a ayudar.
Siempre lo hacen.
Ayer perdí la oportunidad, pero sé que no era el momento indicado.

Me quedan tantas cosas por aprender incluso de mí... pero no pienso rendirme.
No se puede teniendo un Dios tan grande y amoroso.
Siempre muestra su verdad que no deja abandonarme.

*Si me han visto irritable, chicos, ya saben porque es; y les pido mil disculpas!!!
Y les agradezco por tener el corazón tan grande para aguantarme!!!
Los quiero!!! Y el Señor mucho más!!!*

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