Aún anoche la bruma me impedía ver el brillo de las estrellas, pero estaba cada vez más cerca, o al menos esta era mi percepción.
Cerré los ojos.
Los abrí al clarear el día. El sol salía y los pajarillos piában.
Cerré los ojos.
Un día más. Hoy.
Animoso me recibió el día, sí, Señor! Y las pintorezcas palabras de mi hermana ayudaron a animarlo un poco más.
1º Aprendiendo a escuchar...
Doloroso percatarse que la vida transcurre pese a todo, (pese a nosotros...).
Que uno no es indispensable como tantas veces quise creer...
Doloroso encuentro con uno mismo.
Pero por doloroso, más aún edificante!
2º Líbrame, Padre, de mí misma...
Culpa por no servir al Padre como es debido...
Por ser poca ayuda cuando es necesaria...
Ansia de incluírme en este vivir...
3º Señor, quiero ser parte una vez más...
Agüita de coco... curiosidad.
Sonrisa y alegría de saber que la vida continúa...
Gozo de ver los frutos de mucha gente.
Gozo de sentir la Iglesia viva y plena.
4º Bendice a tu pueblo que persiste y es constante...
Trataré de seguir su ejemplo por Tí...
Misterio de sentirte presente... de saberte a nuestro lado...
Esperanza en que todo esto valdrá la pena.
Por que he visto en mi vida tu bondad.
5º Gracias, Señor, por cada una de las pruebas!
Gracias, Señor, por la Asamblea!
Gracias, Señor, por tus sacerdotes, religiosos y laicos!
Béndícelos, y que en ellos abunde tu gracia!
Señor, que se haga tu voluntad!
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